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La propia multiplicidad de lo real precisa otras formas de lectura, abordaje y representación, tanto lógica como estética. El proceso artístico fundamentado en nuevos soportes de inscripción de la obra es un acercamiento no alcanzable desde otras disciplinas, ni desde un contexto adecuadamente racional. Lo artístico al desafiar un pensamiento mecánico, unívoco y lineal, reivindica una realidad múltiple y cargada de planos, tensiones y contradicciones. El mirar los aspectos que se presentan en el horizonte artístico en lo concerniente a la dimensión ampliada de las artes Plásticas y Visuales, nos ha permitido ahondar en este proyecto investigativo como el escenario teórico-conceptual y pragmático vertido en un proceso dialéctico y de retroalimentación que involucra nuestra acción vivencial con los ejes temáticos que incorporan las variantes de tiempo, acontecimiento vital y experiencia colectiva : Dibujo, escritura, en los límites en que se desvanecen las diferencias: dibujo escritural, gramática visual, vale decir desde el ámbito de representación y de discursos pertinentes a su comprensión. De este modo, la definición de eje problemático como el antecedente directo, nos lleva a asumir el necesario flujo de circulación de la obra estableciendo redes y circuitos para alcanzar el propósito de proyección de esos contenidos, para llegar a la posición ideal de la obra artística: su develamiento y su encuentro con el destinatario de las singularidades inscritas en un acto procesual: el espacio íntimo de creación puesto en escena para los sujetos de la recepción estética.
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Es innegable que las obras artísticas han generado una distancia a veces insalvable con el posible espectador, por las condiciones bastante explicitadas sobre los estereotipos aún vigentes de la creación artística, sobre la visión tradicional del museo como contenedor de estas producciones, y sobre consideraciones generalmente equívocas sobre el verdadero papel del creador visual en una cultura orgullosa de su pragmatismo. El gran relato de la modernidad terminó por apostar a la teoría, a los discursos, pero la experiencia se empobreció al verse mediada e interpuesta por ese acompañamiento de rótulos y discursos. Agenciamos, en una suerte de mutuo acuerdo las taxonomías, categorías y clasificaciones, y dejamos a un lado la posibilidad de la experiencia. Un afán sobredimensionado de certezas, absolutos, verdades cerradas nos niega, de antemano algo fundamental en las prácticas artísticas como es la valoración de la incertidumbre y lo desconocido, aspectos intrínsecamente ligados al asumir la vida como experiencia. De esta manera vemos necesario la consolidación de estos acercamientos a una idea del arte que oriente y legitime la cercanía con el público en un entrañable vínculo con la vida interior de las materializaciones de la obra, en aquello que representa el hecho vivencial del imaginario propio del artista vertido en el soporte de Libro Arte. Apuntamos a convocar a los artistas visuales para construir sus propios libros de artista sin salir de sus procesos; un vaciamiento que, en últimas, quiere provocarlos a vincular sus imaginarios personales en una versión singular y propia del proceso artístico.
PROYECCION Y VISIBILIDAD
Un proyecto artístico no se evidencia en la medida de sus limitaciones, ni está supeditado a números o categorías, pensaríamos, más bien, en el espacio donde se inscribe la marca física y el deseo de lo invisible, en encaminar acciones creativas que nos llevan a enriquecer y fortalecer procesos de investigación en nuestra disciplina; en la exploración de lo otro como alteridad y posibilidad, indagando cómo nos ven los otros desde sus realidades en sus afinidades, lejanías y sueños. Es en este sentido que se propone, desde la generación de conocimiento sensible y su realización a través de los recursos visuales y formales, la divulgación de los productos empleando para ello los convenios internacionales, los espacios expositivos y las posibilidades de comunicación en red. Estos productos son el resultado de indagaciones previas sobre los imaginarios que se revelan en la creación de Libro Arte asociado al universo de lo simbólico como forma de narración y de inscripción visual. Quiere decir esto que, lo que se tiene como objeto nominal (el libro), empieza a tener sentido cuando abarca la expresión simbólica, en palabras de Cassirer “la preganancia simbólica” en el sentido de la dimensión de algo que se aprehende como un conocimiento intuitivo, como otra manera de abordar el conocimiento, la verdad, no la lineal y demostrable, sino la indecible que se hace decible; las imágenes, los códigos, las transcripciones, las improntas, la posibilidad en fin, de acceder a la potencia de la imagen.
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